Guión radiofónico para Dedicación de la Basílica de Letrán

"Han convertido mi casa en una cueva de ladrones ¡corruptos!" 
(Juan 2, 13-25)

Hoy la Iglesia nos propone un hecho insólito en el Evangelio. El buen Jesús, manso y humilde corazón, lanza fuera los mercaderes del Templo, diciendo que lo han convertido en una cueva de ladrones.
Los judíos usaban el Templo para hacer negocio, y además con trampa. ¿Tiene aplicación esto hoy día? Sí, hay corruptos en política, en los negocios, en los sindicatos, en las escuelas, en las universidades (vendiendo plagios): en todas las instituciones. ¿También en la Iglesia de hoy? Vamos a escuchar el Evangelio.

Lectura del santo evangelio según San Juan (2, 13-22)
NARRADOR/A: Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas:
JESÚS: «Quiten esto de aquí. No hagan de la Casa de mi Padre una casa de mercado.»
NARRADOR/A: Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: “El celo por tu casa me devorará”.
NARRADOR/A: Los judíos entonces le replicaron diciendo:
JUDÍOS: «¿Qué señal nos muestras para obrar así?»
JESÚS: «Destruyan este Santuario y en tres días lo levantaré.»
JUDÍOS: «Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»

NARRADOR/A: Pero él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.

Parte 1 – Contexto: Jesús sube a Jerusalén a celebrar la Pascua
Pregunta 1: Éste es un pasaje fuerte. Hay que conocer bien el contexto en que ocurre para entenderlo bien. ¿Cómo celebraban los judíos la Pascua?
El sueño de todo israelita era ir al Templo de Jerusalén. Allí dentro estaba el “Sancta Sanctorum” (o Santuario), donde estaban las Tablas de la Ley, el Arca de la Alianza, el Torá. Allí Dios se comunicaba.
El israelita podía dar allí a Dios el culto que Él merecía: oraciones, cánticos, incienso, procesiones, pero sobre todo sacrificios sangrientos de animales y ofrendas de productos agrícolas (trigo, vino, aceite…). En todas las culturas primitivas el hombre ofreció a Dios algo suyo -destruyéndolo, matándolo, quemándolo- como un símbolo de sumisión, pero también como una forma de ganarse a Dios, y así conseguir ayuda y favores de Él.

Se entregaba los animales a los sacerdotes, que los quemaban totalmente o los degollaban dentro del santuario, y esparcían sobre el altar la sangre, como ofrenda agradable a Dios. El resto del animal se lo solían comer los sacerdotes y el que lo había ofrecido.
Por debajo del Templo corría un torrente, que alegraba el ambiente, y servía para las actividades del Templo: lavar los animales, limpiar el altar de su sangre, servir de bebida y purificación para tantas personas. Al lado crecían los árboles y las flores.

En algunas culturas se hacían sacrificios humanos: los Aztecas, los Mayas. Pero sus religiones no los hacían por crueldad, sino por ofrecer a Dios lo mejor.
En la Biblia se lee que un rey prometió ofrecer en sacrificio la primera persona que viera salir de la ciudad a su vuelta victoriosa con su ejército. Fue su hija y la tuvo que sacrificar. Pero Dios no quiere sacrificios humanos. Y por eso se instituyeron los sacrificios de animales.

Jesús había ido otras veces de pequeño al Templo. Los evangelistas sinópticos dicen que ésta fue la única y última vez que Jesús fue a Jerusalén durante su vida pública.
De ordinario Él vivía en Cafarnaún junto al mar de Galilea al lado de sus primeros discípulos.
Todos los días del año había sacrificios en el Templo, pero en la semana de Pascua se multiplicaban. Cada día de Pascua oficialmente se sacrificaban dos toros, un carnero, siete corderos y un macho cabrío en nombre de todo el pueblo. Pero había multitud de otros sacrificios, que los particulares hacían para pedir perdón de los pecados, limpiarse de impurezas, y hacer promesas y votos. Había años que se sacrificaban decenas de miles de corderos. Algún historiador da la cifra de más de 250 mil corderos sacrificados en la Pascua.
La población de Jerusalén aumentaba de 50,000 a 180,000 durante la Pascua. (Howard-Brook, 83).

Pregunta 2: El Evangelio dice que en el Templo había animales que se vendían: bueyes, ovejas, palomas,. ¿Cómo era eso?
Antes las ventas se hacían en tiendas cercanas al Templo, que pertenecían también al Templo. Pero cuando llega Jesús, ve que el comercio ha invadido el Templo. Y vio además que los comerciantes les hacían muchas trampas a los compradores.
Los ricos llevan bueyes grandes, fuertes y gordos; los pobres se contentan con llevar palomas. Una división fea ante Dios y los hombres entre ricos y pobres, cuando todos somos iguales ante Dios, como hijos del mismo Padre.
Los vendedores están alimentando y acicalando los animales, y limpiando sus heces. Siempre había peligro que un animal enloquecido pudiera soltarse y profanar partes del templo.

Pregunta 3 - ¿Y los cambistas de moneda?
Todos los israelitas estaban obligados a pagar anualmente al Templo varios tributos: dos dracmas, las primicias de la cosecha o de los productos de su trabajo, y el llamado «segundo diezmo». Este último tributo no se entregaba al Templo, pero todos estaban obligados a gastarlo en Jerusalén en comida, objetos u hospedaje.
Los extranjeros traían monedas romanas, en las que aparece el emperador como un dios, al que había que adorar. Y por lo tanto, eran para los judíos blasfemas e impuras. Por eso, este dinero no podía entrar en lugar sagrado y era necesario cambiarlo por la moneda propia del Templo. Los cambistas actuaban también como auténticos banqueros.

Pregunta 4 - Y detrás de los animales y de los cambistas habría un gran negocio, ¿no?
Claro. Era la fuente de ingresos más importante de Jerusalén. Del Templo vivía la aristocracia sacerdotal, los simples sacerdotes y multitud de empleados (policías, músicos, albañiles, orfebres, pintores). En tiempo de Jesús todo el negocio de los animales para los sacrificios y las casas de cambio pertenecía a Caifás, Sumo Sacerdote, y su pariente Anás. Era un verdadero monopolio.
Ellos tenían rebaños. Eran los dueños reales de los mercados donde se vendían los animales para el Templo, los dueños de las innumerables tiendas, que atendían a los israelitas peregrinos, etc. Por eso no tuvieron reparo en que los mercados y las tiendas se instalaran dentro del Templo.
(Canción 1)

Parte 2 – Jesús arroja a los mercaderes del Templo

Pregunta 5 - ¿Cómo reacciona Jesús ante la invasión de los mercaderes
Con un látigo en la mano espanta a bueyes, ovejas y corderos, que comienzan a correr y a alborotar. Voltea las mesas de los cambistas, que encuentra en su camino, y las monedas caen y ruedan por el suelo.

Pregunta 6 - ¿Por qué actúa Jesús así? Hay dos razones:
  •  Porque los mercaderes habían hecho del templo una cueva de ladrones por sus negocios sin ética(según los sinópticos).
  •  Porque el culto religioso se degrada con la compra-venta de animales dentro del Templo. Jesús grita: «Quiten esto de aquí. No hagan de la Casa de mi Padre una casa de mercado». (Evangelio de Juan). Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: “El celo por tu casa me devorará”.
    Por cierto, ésta es la primera vez que Jesús identifica a Dios como su Padre.

    Pregunta 7 - ¿Jesús fue el primero en acusar a los mercaderes del Templo?
  •  Jeremíasya había denunciado la guarida de ladrones en la que se había convertido el templo (Jeremías 7, 11), y había pronosticado su destrucción.
  •  Zacaríastambién había anunciado la desaparición por la fuerza de todo mercader del recinto sacro (Zacarías 14, 21). Un poco antes de la llegada de Jesús a Jerusalén, los animales habían estado en el valle de Cedrón, fuera de las murallas de Jerusalén, pero Caifás, el sumo sacerdote, había permitido a los suyos instalar los animales al templo. Y por ello en el año 30, en tiempo de Jesús, el sanedrín se enfrentó a Caifás. (Homilética, 2008/5, p. 493).
    Si este es el caso, seguramente había una gran cantidad de personas (y, de seguro, los rivales de Caifás), que estaban molestas por este comercio en el templo y por el innecesario amontonamiento y mal olor en los patios del templo. Es curioso que nadie hace un movimiento para detener a Jesús, probablemente porque al menos hay un gran grupo que están contentos con su protesta.

    Pregunta 8 – Así que lo que hace Jesús es un desafío a la máxima autoridad religiosa de los judíos?
    Efectivamente. La acción de Jesús es una crítica al Sumo Sacerdote, que ha tolerado aquello. Y los sinópticos ven en esta expulsión de los mercaderes como la causa que precipita su crucifixión.

    Pregunta 9 - ¿Podemos aplicar la frase de Jesús ‘cueva de ladrones’ al momento actual?
    Hay corruptos a nivel internacional, nacional y local.
    Hay corruptos en la política, en los negocios, en los medios de comunicación, en los sindicatos, en las escuelas, en las universidades (vendiendo plagios); en todas las instituciones. También en la Iglesia… Todas esas instituciones son sagradas, pues están al servicio de todos, especialmente de los más necesitados. Y los que las usan sobre todo para su beneficio personal, son corruptos. Su número es grande.
    (Canción 2)

    Parte 3 – Jesús actúa así porque Él es el nuevo Templo

    Moderador/a – Ante esta protesta de Jesús, las autoridades podían haberle puesto preso. En cambio sólo le preguntan: “¿Por qué haces esto?”
    La pregunta exacta de los judíos fue: «¿Qué señal nos muestras para obrar así?»
    Los judíos que le hacen esta pregunta, se dan cuenta de que Jesús tiene razón.
    Y se dicen: “Si Jesús es Mesías y ha hecho milagros en muchas oportunidades, y si Él arrojó a los mercaderes del Templo como acto mesiánico, ¿por qué no acompaña esta acción con algún milagro visible y claro para confirmar y legitimar lo que dice y hace?”
    Era su idea de cómo debía ser el Mesías: aparatoso y milagrero. Pero la idea que tenía Jesús del Mesías era muy distinta (Se vio en las Tentaciones del desierto). Lo de él es servir, lograr que todos se amen, defender los derechos de los más necesitados, ayudar a la armonía y felicidad de todos.

    Pregunta 10 – Y ¿qué responde Jesús a su pregunta “¿Por qué haces esto?”
    La respuesta que les da es un poco enigmática, tanto que ni siquiera sus discípulos lo entendieron entonces.
    La respuesta de Jesús se podría formular así: “Vds han prostituido el Templo de Jerusalén. Lo que están haciendo ahora es destruirlo. Y así ocurrirá. En cambio Yo soy el nuevo Templo. Mi cuerpo ciertamente será destruido, pero a los tres días resucitaré”.
    Ciertamente, Jesús es el Único en donde Dios y la humanidad se encuentran. Jesús es el “templo nuevo” inundado por el Espíritu de Dios. El cuerpo de Jesús se convertirá en la morada viviente de Dios en la tierra, y el centro de todo culto verdadero.

    Pregunta 11 – Antes en el judaísmo se ofrecían a Dios animales, etc ¿Cómo se ha sustituido eso en nuestras Misas?
    En nuestra Misa, en vez de sacrificios de animales, nosotros ofrecemos el pan y el vino, que serán convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Jesús, el cual realmente se sacrifica y muere en una cruz por nosotros.

    La Misa, como representación de la Última Cena, tiene tres partes, que no pueden faltar en ella:
  •  La liturgia de la Palabra con la lectura y comentarios sobre la Biblia
  •  La liturgia de la Eucaristía con la consagración del Cuerpo y Sangre de Cristo, y por fin
  •  La caridadque no puede faltar, como no faltó en la Última Cena de Jesús el lavatorio de los pies, que les hizo a los Apóstoles. A veces estas ofrendas para el pobre se traen personalmente al altar. Otras se dan a instituciones dedicadas a los pobres o directamente a ellos. Lo importante es DAR, y que lo que se dé llegue a los pobres. 

  • Pregunta 12 - ¿Qué diferencia hay entre el culto judío y el cristiano? ¿Qué es lo importante y esencial en el culto cristiano? ¿Cuál es el verdadero templo en el que Dios habita?
    De alguna forma esa pregunta se la hizo la Samaritana a Jesús en el Pozo de Jacob. Ella le preguntaba: “Los judíos dicen que a Dios se le adora en el Templo de Jerusalén. Nosotros decimos que se le adora en nuestro monte Garizin. ¿Quién tiene la razón?”
    Jesús responde: “Ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre… Dios es espíritu y sus adoradores han de adorarle en espíritu y verdad” (Juan 2, 21).
    Lo importante no es dónde adorar a Dios, sino cómo adorarle: en espíritu y verdad, y sirviendo a los hermanos.
    Los templos son los lugares donde se reúnen los cristianos para celebrar su fe, orar juntos y partir el pan de la eucaristía. Y Jesús resucitado está presente en medio de ellos y dentro de ellos por su Espíritu. Al salir del Templo, los cristianos se extienden por todas partes y comunican la vida que viene de Dios: el amor, la justicia y la paz.

    Pregunta 13 - ¿Cómo acogieron los primeros cristianos esta doctrina de Jesús?
    Los primeros discípulos siguieron fielmente la consigna del Maestro: la sencilla habitación de cualquier casa era marco suficiente para la reunión de la comunidad, que allí oraba y celebraba la Eucaristía.
    Así fue durante los tres primeros siglos. Lo único construido que nos queda de ese tiempo eran las catacumbas, en donde enterraban a sus muertos, a veces mártires.
    (Canción 3) y despedida

    Bibliografía
  •  Homilética, 2008/5, “Domingos 26 al 34 del TO, Ciclo A. (Del 28 de septiembre de 2008 al 23 de noviembre de 2008)”. Santander: Sal Terrae.
  •  Howard-Brook, Wes, Becoming the Children of God: John’s Gospel and Radical Discipleship (New York: Maryknoll, 1994). Se halla en http://www.lectionary.org/EXEG-Spanish/NT/SNT04-Juan/Juan%2002.13-22.htm(30 octubre 2008) El evangelio de hoy está dramatizado en el capítulo 107 “Con el látigo en la mano” de la serie radiofónica «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL. El guión y su comentario pueden ser escuchados y leídos en: http://www.untaljesus.net/caplist.php?id=150
  • Guión radial escrito por José Martínez de Toda, S.J. (martodaj@gmail.com), Venezuela, 15 marzo 2009